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La UNAL tiene una de las obras certificadas más importantes del mundo: las Planchas anatómicas dibujadas en 1826 por Francesco Antommarchi, quien fuera el médico personal de Napoleón Bonaparte en su lecho de muerte.
Olvidadas por décadas en un sótano en el campus Bogotá, salieron a la luz en 1984 cuando la historiadora Estela Restrepo y tres de sus alumnas descubrieron este tesoro histórico y patrimonial, compuesto por una colección de dibujos, de los que existen ocho copias en el mundo.
¿Cómo llegaron a la UNAL? 15 años después de la muerte de Bonaparte, Antommarchi arribó a Cuba, donde terminó sus días. Su hermano, José María, heredó las planchas, y luego se radicó en Colombia, debido a su matrimonio con la santandereana Victoria García Herreros.
Según determinaron investigadores de la Institución, las láminas litográficas quedaron en poder de una sobrina nieta del anatomista. Ella las donó a la Universidad Nacional de Colombia a través de su suegro, el profesor Juan de Dios Carrasquilla, de la Facultad de Medicina.
Su valor radica en que son una línea directa con las primeras representaciones realistas de la anatomía humana, realizadas por el italiano Paolo Mascagni (finales del siglo XVIII), el primero en realizar una descripción completa del sistema linfático.
Además, representa una obra artística sin igual por la técnica utilizada, que muestra cortes, de tipo forense, de los músculos, el esqueleto, los cartílagos, los ligamentos, las arterias y las venas superficiales y profundas, así como los vasos linfáticos profundos y los nervios.
La colección Francesco Antommarchi, que custodia el Archivo Central e Histórico de la sede Bogotá, contiene además cartas, artículos, fotografías, documentos y correspondencia relacionada con la historia y preservación de este inigualable acervo cultural del país y el mundo.
http://bdigital.unal.edu.co/1712/1/AnatomiadelcuerpohumanoAntommarchi.pdf