La mayoría de los pueblos indígenas de Colombia han quedado en medio del fuego cruzado de los actores armados del país, y su reclamo para no ser parte del conflicto ha llevado a que sean señalados y estigmatizados. La ONU hizo un llamado para que la sociedad proteja estos grupos y los incluya en nuevo contrato social.
El 9 de agosto se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, con el cual la Organización de las Nacional Unidas pide reconocer el papel fundamental que cumplen estos pueblos en el desarrollo de las naciones, como parte constitutiva de las mismas.
Se trata de un llamado que la Universidad Nacional de Colombia ha atendido desde hace décadas en varios frentes. En lo investigativo, entendiendo la forma de organización de estas comunidades, sus visiones y cosmovisiones.
Cabe destacar los análisis de destacados académicos como Orlando Fals Borda, quien quiso comprender los modos de autogestión indígena y analizó sus movimientos sociales desde la época de la independencia hasta mediados del siglo pasado.
Fals siempre enfatizó que el proyecto campesino e indígena, basado en la vida comunitaria y el uso sostenible de la tierra, se vio frustrado por el arraigado bipartidismo de las élites citadinas, preocupadas ante todo por mantener sus vínculos externos y el monopolio del gobierno y la tierra.
Lo que Fals analizó en sus investigaciones, el profesor Jorge Mora lo registró con el lente de su cámara, como lo muestran estas imágenes históricas del Archivo Central e Histórico de la sede Bogotá.
Al igual que las recientes protestas sociales, en muchas de las imágenes del profesor Mora, tomadas en el departamento del Cauca en las décadas de los sesenta y setenta, se observa la lucha de estas comunidades por reivindicar sus derechos no solo a la tierra, sino a la autodeterminación sobre su futuro y progreso.
En ese sentido, el llamado de la ONU apuesta por sociedades incluyentes, mucho más en época de pandemia, cuando “el COVID-19 ha expuesto y exacerbado muchas desigualdades existentes, afectando de manera desproporcionada a poblaciones de todo el mundo que ya sufrían pobreza, enfermedad, discriminación, inestabilidad institucional o inseguridad financiera. Desde la perspectiva de los pueblos indígenas, el contraste es aún más marcado. Está claro que en muchas de nuestras sociedades, el contrato social necesita una revisión, como mínimo”.
La Universidad Nacional de Colombia es consciente de la necesidad de ese contrato social y por eso tiene varias estrategias, como son los Diálogos Convergentes por Colombia o, desde lo académico, llevando educación superior a varios territorios del país con programas especiales de admisión para bachilleres miembros de comunidades indígenas.
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