MAESTR@S QUE CONSTRUYEN NUESTRA MEMORIA VIVA
Las profesoras Sara Mejía de Tafur, Melba Libia Cárdenas y Adriana Santos invitadas a la sesión de Tertulias Universitarias hablaron de su papel como académicas y directivas en la UNAL.
Bogotá 21 de mayo de 2021 (Secretaría General UNAL). La incursión de mujeres en cargos académico-administrativos en la Universidad Nacional de Colombia es un hecho relativamente reciente, resultado natural de su preparación y trabajo arduo y consistente. Así quedó evidente en la más reciente sesión de “Tertulias universitarias. Recordando y proyectando”, que conduce el exrector Ramón Fayad.
Las profesoras Sara Mejía de Tafur, exvicerrectora de la sede Palmira; Melba Libia Cárdenas, jefe de la Dirección de Relaciones Exteriores (DRE), y Adriana Santos, Directora de la sede Caribe, invitadas a la tertulia, coincidieron en afirmar que su llegada a cargos directivos fue el resultado de su trayectoria académica y profesional, más que por el hecho de ser mujeres. Además, que durante su desempeño nunca han vivenciado discriminación de género.
“En mi caso, desde que fui estudiante de agronomía y éramos solo cinco mujeres entre sesenta hombres, nunca me sentí discriminada; tampoco cuando trabajé en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y mucho menos cuando llegué a la Universidad Nacional de Colombia, que es un espacio abierto donde se reconoce el trabajo de todos”, dijo la profesora Sara Mejía.
El profesor Fayad indicó que hablar de mujeres en cargos académico-administrativos se hace relevante en la medida en que el ambiente universitario en general fue tradicionalmente un mundo de hombres. En el caso colombiano, fue solo hasta finales de la década de los treinta cuando, por ley, el gobierno de la época especificó las carreras a las que ellas podían ingresar, tales como horticultura o floricultura.
Por décadas, la conquista del espacio académico siguió siendo difícil para las mujeres; incluso, como lo relató la profesora Mejía, aún en los años setenta se les recomendaba ingresar a la universidad para estudiar carreras orientadas a su género, como Economía del Hogar, que fue una de las opciones que le sugirieron a ella.
“Cuando le dije a mi papá que tenía esa opción, él me dijo que Economía del Hogar la podía aprender en casa con mi madre, que mejor optara por otra carrera, y así fue, me inscribí en Agronomía”, agregó la profesora Mejía, quien lleva cerca de 25 años consagrada a la docencia, con varios cargos académico administrativos, como Directora del Consejo de Investigación y Desarrollo Científico de la Universidad Nacional de Colombia –CINCEC– (ahora Dirección de Investigación y Extensión –DIEPAL–); Directora de los departamentos de Ciencias Básicas y Ciencias Biológicas, así como Vicerrectora de Sede Palmira entre el 2003 y 2006.
En su intervención, la actual directora de la DRE, Melba Libia Cárdenas, también relató cómo fue su llegada a la academia, a la docencia y a los cargos directivos. En primer término aclaró que desde niña siempre quiso ser profesora y, por ser la mayor, sus primeros alumnos fueron sus hermanos. Esa vocación la llevó a terminar sus estudios de secundaria en la Escuela Normal Superior de Villavicencio, con énfasis en lenguas modernas. Luego de trabajar varios años en colegios públicos y privados, decidió cursar una carrera profesional en el mismo tema.
“En Bogotá estudié de noche en la Universidad de la Salle; de día trabajaba como profesora para solventar mis estudios. Por concurso trabajé en el Distrito, y después de una década de docencia en primaria y secundaria en colegios de zonas vulnerables del suroccidente de la ciudad, me presenté a una beca del Consejo Británico para hacer la maestría. La hice en Edimburgo, y allí me enamoré de la idea de trabajar en la formación del profesorado como línea de especialización”, describió la directora de la DRE.
Un año después de regresar al país, en 1992, la profesora Cárdenas se presentó a un concurso docente en la UNAL para el cargo de docente en didáctica de lengua inglesa. Ya adentro, confesó, se peleó con la forma tradicional de enseñanza de idiomas y por eso decidió ingresar a un doctorado en la Universidad de Zaragoza (España) sobre el área de la educación, con una beca de la Fundación Carolina.
Fue entonces cuando decidió combinar el tema de la formación con el de la investigación, al demostrar que los profesores de inglés también podían investigar, escribir y publicar en revistas científicas, como la que la profesora Cárdenas fundó en el año 2000 en el Departamento de Lenguas Modernas.
Ese trabajo abonó el camino para sus futuras experiencias en los cargos administrativos que la Universidad le ofreció, sumado a su desenvolvimiento en los tres campos misionales de la Institución: docencia, investigación y extensión que, según ella, le ha servido para su gestión en la DRE.
Por su parte, la profesora Adriana Santos, quien es una de las referentes académicas y administrativas de la sede Caribe, reveló que en su caso nunca consideró dedicarse a la docencia, puesto que su madre era dueña de un colegio y quería algo distinto. Explicó que, a diferencia de sus colegas en la tertulia, ella no tuvo claro qué quería estudiar al salir del bachillerato. Su primera opción fue la odontología, pero no pasó a la Universidad Nacional, lo que representó una frustración en su primer contacto con la Institución en la que trabajaría años más tarde.
“En el semestre que quedé libre mi madre me propuso cursar un bachillerato pedagógico, para complementar el académico. Acepté el reto aún con la idea de no querer ser profesora, pero al final me encantó y flui muchísimo en el tema. Luego entré a la Pedagógica Nacional a estudiar Biología; me alegró haber pasado y disfrutar el tema de la docencia, la investigación y la extensión. Ahí descubrí una de las claves de mi felicidad”, describió la directora de la sede Caribe.
Ese gusto por la triada docencia, investigación y extensión es lo que le ha permitido una trayectoria académico-administrativa exitosa dentro de la UNAL, desde que se ganó el concurso internacional de méritos para ser profesora de la entonces sede San Andrés (hoy Caribe).
Después de 24 años en el Archipiélago, la profesora Santos es referente cuando se habla de la evolución de la sede, pues es parte del equipo académico que ha dado respuestas a las necesidades de la población raizal, hizo parte del montaje de la Maestría en Estudios del Caribe y sus tres grupos de investigación, así como del doctorado y la maestría en Biología Marina.
Además, ha sido parte activa en la consolidación de los 15 posgrados que allí se dictan y del arraigo en las islas del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (PEAMA), por el cual decenas de jóvenes de todo el país, y especialmente de la Isla de San Andrés, han podido ingresar a la educación superior.
Las tres invitadas a “Tertulias universitarias” son un significativo ejemplo del importante papel que muchas profesoras e investigadoras están cumpliendo para el desarrollo de la educación de alta calidad y su adecuada administración.