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La U.N. Sede Medellín adquiere Fondo Documental Fabiola Lalinde

Fue una donación de Fabiola Lalinde, quien durante más de 30 años investigó y documentó su lucha por encontrar la verdad de la desaparición forzada de su hijo Luis Fernando Lalinde Lalinde, ocurrida el 3 de octubre de 1984. El Fondo incluye 325 unidades documentales y 1.371 folios.

 

MEDELLÍN, 17 de abril de 2018 — Agencia de Noticias UN-

Recortes de prensa, videos, audios, fotografías, textos y cuadernos, entre otros objetos, forman parte del Fondo Documental Fabiola Lalinde que ahora reposan en el Laboratorio de Fuentes Históricas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín.

 

El archivo es producto de lo que Fabiola Lalinde denominó como “Operación Cirirí”, y es el más completo de la primera ejecución extrajudicial por la que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) responsabilizó al Estado colombiano. Además, en 2015 fue incluido en el Registro Regional del Programa Memoria del Mundo de la Unesco.

 

Para el profesor Ignacio Mantilla Prada, rector de la U.N., Fabiola Lalinde demostró gran dignidad durante la búsqueda de su hijo, al enfrentarse a poderes y situaciones que hubieran hecho flaquear a cualquier otro.

 

Afirma que su labor es una muestra de valentía y el archivo que recopiló y construyó se convirtió en una poderosa herramienta pedagógica no solo para las madres a quienes les han arrebatado a sus hijos sino también para investigadores de las ciencias sociales que buscan dar cuenta de la intrincada realidad que experimenta nuestra sociedad.

 

Según el Comité de Derechos Humanos de Antioquia, Luis Fernando Lalinde Lalinde fue el desaparecido número 329. El 23 de febrero de este año, el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica reveló que entre 1958 y 2017 se registraron 82.998 personas desaparecidas de manera forzada.

 

El deseo de Fabiola es que el legado de su lucha se conserve en la ciudad en la que tuvo lugar y en la que crecieron sus hijos, razones fundamentales por las que otorgó el archivo a la U.N. Sede Medellín.

 

Para el rector Mantilla Prada la donación es “uno de los aportes más valiosos para generar conciencia en las nuevas generaciones sobre hechos que no pueden repetirse en nuestro país”.

 

Así lo desea ella, quien envió este mensaje a los jóvenes: “duden, opinen, hagan hablar al archivo, no dejen que guarde silencio. Como un sirirí tiene que seguir siendo incómodo en un país injusto y violento como el nuestro. Lo dejo como oportunidad de comunión, de solidaridad y de creación, no como un objeto muerto del pasado”.

 

Y agrega: “este es mi presente de dignidad a las generaciones que están y a las que vienen. Ustedes que son amantes de la verdad, la libertad, la justicia y la belleza; ustedes que tienen en sus manos la construcción de un país distinto, persistan, no dejen de buscar y de preguntar siempre ¿por qué?”.

 

Según Juliana Vasco Acosta, coordinadora del Laboratorio de Fuentes Históricas de la Sede Medellín, el archivo constituye una experiencia investigativa en la medida en que va a permitir seguir reconstruyendo una historia de memoria y de patrimonio en Colombia de los procesos de posconflicto.

 

Por ahora el Fondo Documental Fabiola Lalinde está en inventario y catalogación, pero se espera que en poco tiempo pueda estar a disposición del público en general y para el uso investigativo de académicos nacionales e internacionales.

 

Por lo pronto en Unidad de Memoria del Laboratorio de Fuentes Históricas de la Sede se puede visitar la exposición en torno al archivo, la cual comenzó hoy y finalizará la primera semana de junio.

 

Inauguraciones

La U.N. Sede Medellín también inauguró la Plazoleta de la Memoria y el Aula Máxima de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas.

 

Sobre la primera obra el decano Yobenj Aucardo Chicangana Bayona menciona que la idea fue mantener la geometría cuadrada del edificio, añadir diferentes texturas y jardines verticales colgantes.

 

Agregó que sobre el nombre de la plazoleta así se lo atribuían los estudiantes, por lo que el Consejo de Facultad lo aprobó: “se refiere a a la importancia de la memoria en la sociedad, en el movimiento estudiantil y en la comunidad académica”.

 

Respecto al Aula Máxima Martha Celina Restrepo Alzate, ubicada en el segundo piso del Bloque 46 del Campus El Volador, el docente afirmó que es un espacio reformado debido a que la existente solo tenía capacidad para 50 estudiantes, mientras que el auditorio es modular y permite una sala de 106 sillas con espacios para personas con movilidad reducida.

 

Al Auditorio se le dio el nombre de una de las profesoras destacadas del Departamento de Economía, quien fue una de las fundadoras de la revista Ensayos de Economía. Al respecto el rector Mantilla Prada manifestó que “es una buena forma que se está adoptando para que la comunidad universitaria se apropie de personajes que han dejado una huella importante en la Institución”.

 

Finalmente el vicerrector de la U.N. Sede Medellín, John Willian Branch Bedoya, indicó que la infraestructura física y tecnológica es una parte fundamental de su plan de acción, por lo que en ello se invirtieron más de 18.000 millones de pesos durante el trienio 2016-2018.

 

Fuente: Unimedios