Documentos que cuentan historias/
Durante cerca de 50 años el Edificio de Arquitectura, conocido en el campus de la sede Bogotá como el 303, fue uno de los íconos de la arquitectura moderna en el país, con un estilo denominado ‘reticular celulado’, novedoso para la época de su construcción a finales de los años sesenta.
Sus espacios eran abiertos, con balcones internos y paredes que cumplían las veces de columnas. El propósito inicial era albergar una población de 400 estudiantes en un área de 9.880 metros cuadrados, pero para el año de su desalojo, en 2011, su población llegaba a unas 2.000 personas, entre estudiantes y empleados.
Según el proyecto original, tendría 25 talleres de diseño, 8 aulas, biblioteca, salón de exposiciones, un laboratorio de construcción, taller de modelos y maquetas y un patio de experimentación, entre otros espacios, según describe Diego Julián Santos Méndez en su tesis de grado “El Edificio 303. Una reconstrucción de la memoria ausente”.
En estos planos –que reposan en el Archivo Central e Histórico de la sede Bogotá (Fondo Universidad Nacional de Colombia)– se observan detalles representativos del icónico inmueble, como sus altos techos inclinados y grandes ventanales.
Un dato curioso es que según se determinó durante las intervenciones realizadas en el 2011 para una posible recuperación del inmueble, varios se esos trazos proyectados tenían diferencias a lo finalmente construido.
“Muchas de las zonas que estaban en el diseño original no coinciden con lo que encontró la empresa encargada del análisis estructural del edificio; según el reporte, fue sometido a reformas que al parecer se hicieron al mismo tiempo de la construcción de la estructura”, asegura Santos en su trabajo.
Fue ese informe (PIIF 2011) el que recomendó demoler el 303 por su desgaste estructural y las profundas y visibles grietas, resultado de un suelo inestable (no se construyeron zapatas de soporte) y de un diseño que, en sí mismo, impidió su reforzamiento, contrario a lo que ha sucedido con otras estructuras del campus.
Luego de seis años de su demolición, recordamos este imponente edificio como un espacio académico de primer nivel, pero sobre todo como un lugar de “encuentro y construcción social, cultural y política” como bien lo definió en su trabajo de grado Diego Julián Santos.
Apoyo documental
https://issuu.com/edificio303/docs/revistafinal_con_tapas
(17/12/2020/Textos: Carlos Andrey Patiño G./Diseño: Christian C. Rojas).