Guillermo Sicard, pionero del Diseño Industrial en la UNAL

En los años setenta se desconocía en Colombia qué era el diseño industrial, tanto en lo académico como en lo profesional, y fue Guillermo Sicard Montejo, profesor de la UNAL, uno de los principales impulsores de esta disciplina en el país.

Desde el año 2007, en el Archivo Central e Histórico de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, se custodia el archivo personal donado por este profesor (fallecido en 2010), el cual consta de documentos académicos, correspondencia, cartas, artículos, fotografías y dibujos realizados por él. En estos documentos reposa una parte relevante de la historia de la evolución del diseño industrial en el país.

Cabe recordar que el profesor Sicard fue el precursor, en 1978, del primer programa sobre esta área en la UNAL, pero desde antes, a finales de los años sesenta, él ya había introducido en el país las ideas referentes a un discurso académico alrededor del diseño.

Entre sus aportes, se destacó su interés por encontrar un valor histórico y simbólico en el diseño de objetos cotidianos, los cuales, desde su perspectiva, podían ser apreciados como una obra de arte, al alcance de todos. Fue un maestro que le apostó a trabajar por el diseño en la universidad pública e incorporarle una dimensión humana, según ha dicho en diversos escenarios su hijo, Andrés Sicard Currea, también profesor de la UNAL.

El profesor Jaime Franky, actual vicerrector de la sede Bogotá, en entrevista con el programa Pioneros del Saber de UN-Radio, recordó que si bien se fundaron programas de diseño industrial antes de la que creó el profesor Sicard en la UNAL, fue este arquitecto el que organizó desde años antes un discurso académico y un cuerpo conceptual que soportara la profesión en Colombia.

En las imágenes que acompañan esta nota se aprecian los trazos del destacado arquitecto, quien fue decano de la Facultad de Artes, rector encargado, secretario general por tres periodos, director de la carrera de diseño industrial, entre otros cargos. Él representa un patrimonio vivo que vale la pena ser redescubierto por las nuevas generaciones de diseñadores.

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