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La UNAL, siglo y medio atrayendo a la juventud del país

Documentos que cuentan historias/

La UNAL, siglo y medio atrayendo a la juventud del país

Una revisión de los archivos históricos de la UNAL permite entender el carácter nacional que siempre ha tenido nuestra Institución. Desde sus inicios, jóvenes de todos los rincones del país han elegido a la Universidad Nacional de Colombia como su alma mater.

Un ejemplo son estas imágenes en las que se observa uno de los documentos solicitados en 1908 a José Ignacio Fernández, de 21 años, para su ingreso a la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.

Se trata de un certificado que hace constar que el joven está en último año de bachillerato en el Colegio de Santa Librada de Neiva, uno de los centros educativos más antiguos y reconocidos de la capital del Huila.

Como a este joven huilense, la UNAL acogió desde sus inicios a miles de estudiantes brillantes que provenían de lo largo y ancho de la geografía nacional. Muchos se devolvieron a sus tierras para llevar nuevos conocimientos a sus paisanos y ayudar al desarrollo local.

Otros se quedaron en Bogotá alimentando el profesorado de la Institución, haciendo parte de otras academias, siendo funcionarios del Estado o llevando el nombre del país por todo el mundo.

Es larga la lista de los jóvenes que llegaron de la provincia a Bogotá y se hicieron un nombre en su paso por la UNAL. Muchos de ellos hoy son reconocidos como grandes personajes del país. Por mencionar algunos, está Gerardo Molina, nacido en el municipio de Gómez Plata en 1906, quien estudió Derecho en la UNAL y llegó a ser rector de su alma mater.

También están el barranquillero Salomón Hakim, quien se destacó por su premiada carrera científica e inventiva; el escultor payanés Édgar Negret, que ayudó en el avance del arte nacional; el arquitecto antioqueño y honoris causa Dicken Castro, el redescubridor de la guadua; la cantante de música folklórica Toto la Monposina, originaria de Talaigua Nuevo (Bolívar), o el escritor huilense José Eustasio Rivera, quien estudió Derecho en la UNAL en 1912 y se le reconocer por una de las primeras novelas de denuncia en la literatura nacional.

En los diversos archivos que tiene la UNAL podremos encontrar las huellas que dejaron estos personajes, pero también la de aquellos que de manera más anónima han ayuda a construir país desde las regiones.

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